Herencia de Pilar Barrenechea a Leonardo Torres Quevedo
Hay otro acontecimiento que hace aún más bilbaíno a Leonardo Torres Quevedo: la fortuna que heredó de unas adineradas mujeres solteras de esta ciudad, en cuya casa residió de niño.
Eran las señoritas Concepción y Pilar de Barrenechea. Pertenecían a un antiguo y adinerado linaje bilbaíno, un infanzonazgo que entre sus propiedades contaba con palacios (Artunduaga, Abuso, Sondica), casas torres (Ariz, Artunduaga, Sangroniz, Susunaga, Murga), caseríos (unos 50), martinetes (ferrerías), terrenos y heredades por todo el territorio de Vizcaya: Begoña, Abando, Baracaldo, Basauri, Galdácano, Lezama, Arrigorriaga, Múgica, Gorocica, Ibarruri, Echévarri, Lujua, Amorebieta, Zarátamo, Orozco, Güeñes, Sondica, Erandio, Somorrostro, Zalla, Sopelana, y Galdames.
Concepción falleció en Bilbao en 1854 cuando Leonardo no tenía dos años. Pilar en su testamento de 1864 nombra a Leonardo heredero único y universal, y muere en 1868. Pilar aparece citada como Marquesa de Vargas y Patrona de Begoña en algunos escritos. Pero el título era de su hermano José Manuel, que había cedido en usufructo los bienes raíces del Infazonazgo a sus hermanas de Bilbao, y la propiedad revertiría a la muerte de ambas en un sobrino.
Hemos conseguido acceder a estos datos por lo pleitos que tuvo que afrontar Leonardo, cuando el pariente tronquero solicitaba la reversión de algunos bienes. En estos documentos aparece con más frecuencia como Leonardo Torres Vildósola, dando a entender la importancia que tenía el apellido Vildósola en la Villa de Bilbao, ubicado en segundo lugar desde su abuelo mejicano.
En uno de esos pleito se dice literalmente que doña Pilar era persona acaudaladísima, que dejó en propiedad y en dinero muchos millones de reales. Esta herencia permitió a Leonardo dedicarse a sus aficiones de inventor sin tener preocupaciones económicas.